May 05, 2023
REFLEXIONES PARA
EL DÍA NACIONAL E INTERNACIONAL DE LA FAMILIA
Luis Julián Salas
Rodas
Sociólogo
Universidad Pontificia Bolivariana
Especialista y Magíster en Ciencias Sociales
Universidad de Antioquia
Magíster en Ciencias de la Educación
Universidad París XII
Blog en Google: Familia y Otros
En 1994 se celebró el Año
Internacional de la Familia por convocatoria de la Organización de las Naciones
Unidas, ONU, y se decretó el 15 de mayo como el Día Internacional de la
Familia. En Colombia la Ley 1361 de 2009, de Protección Integral de la Familia
acogió, también, el 15 de mayo como el Día Nacional de la Familia.
El Dia Internacional y Nacional de la Familia es una oportunidad para resaltar la importancia de las familias en la promoción de valores como el respeto, el amor, la ayuda mutua, la tolerancia y la honestidad como fundamentos de las relaciones y los vínculos familiares.
La Constitución Política de 1991 fue un punto de inflexión para las familias de Colombia. Marcó un antes y un después. Al incluir a la familia en la Constitución, ésta fue reconocida como un Sujeto Político, titular de derechos y obligaciones y corresponsable, junto al Estado y la sociedad de la prevalencia de los derechos de niños, niñas. Y ha sido gracias a las sentencias y jurisprudencias de las altas cortes, Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia y Consejo de Estado, que la noción de familia y su estatus jurídico se ha ampliado al reconocimiento de distintas formas de organización familiar de las personas y los colectivos sociales.
La Ley 1361 de 2009, de protección Integral a la familia fue otro importante avance legislativo al reconocer 19 derechos a la familia, y al demandar del estado y la sociedad el deber de atenderla y proporcionarle las oportunidades y recursos necesarios para su pleno desarrollo y bienestar. De ahí que pueda afirmarse que la familia es un Sujeto no solo Político sino, también, un Sujeto Colectivo de Derechos y Obligaciones tanto para sí misma, como para cada uno de sus integrantes. Esta Ley también ordenó a los entes territoriales del país: Gobierno nacional, departamentos, distritos y municipios la formulación, aprobación, implementación y evaluación de una política Pública de Apoyo y Fortalecimiento a las familias en sus territorios.
Las familias de Colombia ya no son, solamente, del ámbito privado de los hogares. Hoy se han hecho visibles como un importante actor social y político en el escenario nacional y en la agenda pública, con capacidad de agencia, representación, vocería y movilización de sus propios intereses y propuestas, si bien, aún, persiste en ciertos sectores la imagen de las familias como receptoras pasivas del asistencialismo, de la beneficencia, de la caridad, de la filantropía, del voluntariado y benevolencia de la acción del estado, las iglesias y las ONG. A esta mirada negativa de las familias, oponemos una mirada distinta, una mirada positiva enfocada en apoyar y acompañarlas en el despliegue de sus capacidades y fortalezas internas. las familias son y seguirán siendo la Primera Agencia de Formación de los seres humanos. En el desempeño y logro de esta importante función las familias son irremplazables.
La familia es considerada la Primera Agencia de Formación del ser humano por cuanto es en ella que se deben dar adecuadas relaciones y vínculos afectivos entre sus integrantes para una armoniosa convivencia. Cualquier forma de violencia afecta su estructura y funcionamiento.
Como Primera Agencia de Formación del ser Humano la familia es la encargada de criar, formar, socializar, proteger y cuidar de sus integrantes, y contar con el apoyo del Estado y la sociedad cuando sea necesario.
En la Primera Infancia, de cero a seis años, se dan las bases de la personalidad, de la manera de ser, de la inteligencia, de la conciencia moral y de la socialización de los niños y niñas, de ahí que sea tan importante y necesaria la presencia, la permanencia, el ejemplo, el buen trato y la escucha activa de los padres, madres y adultos hacia los hijos e hijas,
Los niños, niñas y adolescentes son titulares activos de derechos, no son ni deben ser tratados por los padres y madres como de su propiedad. Ellos y ellas tienen derecho a expresarse, manifestarse y participar, en forma activa, en la vida familiar.
"La palabra enseña, pero el ejemplo arrastra” nos dice el refrán popular. Los niños, niñas y adolescentes no solo aprenden de sus mayores por las enseñanzas de la palabra, sino, también, por imitación de la conducta de sus mayores, los cuales son figuras de identificación.
En las familias se da el encuentro de dos proyectos de vida: el personal de cada uno de sus miembros y el colectivo como expresión de la convivencia en común. El ideal es que ambos proyectos no sean excluyentes sino complementarios y se valoren y respeten mutuamente.
La violencia, el maltrato, la agresión física, verbal y emocional entre miembros de una misma familia destruye la convivencia pacífica, causa sufrimiento y deja grave secuelas tanto en quien la causa como en el que las recibe y debe ser denunciada ante las autoridades competente.
La democracia es tanto un valor a realizar en la vida en sociedad como en las familias. El autoritarismo y el poder coercitivo de los padres y madres hacia sus hijo e hijas impide el dialogo, la concertación, la comunicación abierta, asertiva y las primeras vivencias de la democracia en su interior.
El objetivo superior de una Política Pública para las familias es la de acompañar, apoyar, fortalecer, tanto sus capacidades internas como brindar oportunidades tanto a sus integrantes como a la familia en pleno. Es obligación del Gobierno nacional de los departamentos, distritos y municipios formular, ejecutar y evaluar una Política Pública para las familias de sus territorios.
Además de los vínculos de consanguinidad y afinidad entre los miembros de una familia, independiente de su forma de organización. es importante y necesario que se vivan los valores del respeto, la solidaridad, el afecto, la fraternidad, el amor, el cariño, el apoyo y la ayuda mutua,
Así como la biodiversidad de fauna y flora es la riqueza de una selva, la riqueza de una sociedad reside en su sociodiversidad de personas, grupos, comunidades y familias. Colombia existen muchas formas de organización familiar: familias nucleares, familias extensas, familias reconstituidas, familias homoparentales, familias monoparentales de jefatura masculina o femenina, familias transnacionales. No hay una forma de organización familiar mejor o más adecuada. Lo importante es que se cumplan las funciones que tanto el Estado como la sociedad esperan de ellas.
Como cualquier grupo humano en las familias se presentan conflictos y tensiones en las relaciones entre sus integrantes por divergencia de intereses y fallas en la comunicación que pueden derivar en situaciones de violencia. Cuando los conflictos perturban la convivencia, sus miembros puede acudir a ayuda especializada en sesiones de terapia personal, de pareja y de familia.
Si la sociedad cambia, las familias también cambian y viceversa. La familia no es la causante de todos los males de la sociedad y tampoco es su salvadora. Así como la familia protege a sus integrantes, el Estado y la sociedad, por mandato constitucional, tienen la responsabilidad de protegerla, independiente de su forma de organización familiar.
Las tareas y los oficios domésticos no deben ser asumidos, únicamente, por las mujeres. Todos los integrantes de u8na familia, de acuerdo a su edad y capacidades, también deben participar en su diaria ejecución.
Subscribe to:
Posts (Atom)