FAMILIAS IGUALITARIAS O FAMILIAS DEMOCRÁTICAS?: ¿QUE
CONVIENE MÁS A LAS PERSONAS Y A LA SOCIEDAD?
Luis Julián Salas Rodas
Sociólogo
Universidad Pontificia Bolivariana
Especialista y Magíster en Ciencias Sociales
Universidad de Antioquia
Magíster en Ciencias de la Educación
Universidad París XII
Luijus34@gmail.com
@LuisJulianSalas
Blog en Google: Familia y otros
Medellín – Colombia
En el programa periodístico
virtual, de la plataforma You Tube, de Los Danieles, emitido el domingo 24 de
abril de 2022, el senador y candidato presidencial Gustavo Petro Urrego se
refirió, ante incisivas preguntas de los periodistas, a diversos temas relativos a la agenda
feminista en Colombia como la jefatura femenina, sus derechos, su doble y
triple jornada, la necesidad de reconocer remuneración por las tareas del cuidado,
la negación a la propiedad del suelo rural, el otorgamiento de crédito, el
abandono paterno después de la procreación, el aborto, su disminución y su no
criminización, el embarazo adolescente, el embarazo deseado que genera buenos
ciudadanos, buscado como el embarazo mayoritario, dar más educación y poder a
la mujer en la familia y la sociedad, critica al sistema patriarcal machista
que tiene el poder de hacer la Ley e
imponerla dentro de la familias, el poder del hombre que discrimina y excluye a
la mujer, inclusivo fuera de la familia.
Con respecto a la noción de la familia
igualitaria Petro dijo lo siguiente:
La familia igualitaria que yo
trato de practicar es difícil porque todos somos resultado de milenios de
culturas patriarcales. Si la familia es autoritaria y no igualitaria, la
familia tiende a degradarse. En la configuración de la familia igualitaria a mí
me parece importante incluso para fortalecer la familia. Aquí en política los de la Derecha dicen que son
los de la familia, entonces van poniendo a los progresistas como si fueran
destructores de la familia y resulta que si de alguna forma puede garantizar el
fortalecimiento de la familia es precisamente desde las transformaciones
progresistas. Si la familia es igualitaria y no autoritaria la familia es más
unida, si la familia es autoritaria tiende a degradarse. Si el hombre domina a
la mujer en todos los intersticios de la sociedad no solo en el poder político,
la posibilidad de criminalizar a la mujer es más alta, en cambio si la mujer
tiene poder como ya lo estamos observando ahí a duras penas en una sociedad, la
mujer no va a dejarse criminalizar y va a aumentar su autonomía y libertad.
Entonces, en respuesta, en concreto: si el presidente de la república no está
de acuerdo con criminalizar a la mujer por abortar, pero el presidente de la
república si estará de acuerdo en que construyamos los senderos del
fortalecimiento de tal manera que el embarazo no deseado disminuya dentro de la
sociedad colombiana.
En su exposición Petro fue muy
claro en sustentar su posición respecto al aborto y la no criminización de la
mujer y en la necesidad e importancia de parte y la sociedad de
empoderarla frente a los abusos
masculinos. El punto a discutir es lo que él entiende por familia
igualitaria. No la define, sino que la opone a la familia autoritaria,
la resultante de la familia patriarcal. Y he aquí el problema. Las
familias no son iguales, ninguna familia es igual a otra. La estructura y
composición de una familia puede parecerse a otra, ¡ojo! Parecerse no significa
igualdad. Lo que caracteriza a las familias es su diversidad, sus diferentes
dinámicas, sus distintos Cursos de Vida y trayectoria, sus desiguales
condiciones socioeconómicas y calidad de vida. Y por ser las familias diversas
es que se habla de las distintas formas de organización familiar, para dar
cuenta no tanto de sus semejanzas como si de sus diferencias. La riqueza de las
familias está en su diversidad no en su homogeneidad. Existen varias clasificaciones de formas de
organización familiar de acuerdo a su origen, estructura, dinámica, funciones,
composición y fines. No hay una única clasificación mundialmente aceptada por
la llamada Ciencia de la Familia. Y siguen apareciendo, para su validación por
parte de la academia y los investigadores/as nuevas denominaciones de familia
como: la familia multiespecie, donde la pertenencia y la convivencia con
una mascota doméstica define la dinámica y funcionalidad al ser considerados y
tratados como hijos/as, o la llamada familia múltiple, donde la
presencia de hijos/as gemelos configura su estructura y razón de ser. Valga
anotar que no toda forma de convivencia humana puede denominarse familia sino
cumple con los requisitos necesarios definidos por la Ley y las costumbres. Se
suele decir que la empresa donde trabajo es mi segunda familia. El hecho
que haya familiaridad en el trato entre compañeros de trabajo no lace de la
oficina, de la empresa, del lugar de trabajo una familia. Y, además, suelen
denominarse, en forma equivocada, como familias, familias que no lo son como,
por ejemplo, las familias homosexuales o lesbianas. Y digo equivocadas
porque la construcción de la identidad y la orientación sexual son procesos
individuales de construcción de la personalidad en el Curso de Vida y no de
unas familias.
(Ver: Formas, cambios y tendencias en la
organización familiar en Colombia. Www.nómadas.ucentral.edu.co).
El diccionario Oxford Languajes
define la igualdad como: condición o circunstancia de tener una misma
naturaleza, cantidad, calidad, valor o forma, o de compartir alguna cualidad o
característica.
El mismo diccionario, ya citado,
define el adjetivo igualitario, igualitaria así: que se fundamenta en la
igualdad social o pretende conseguirla (…) El hecho de ser lo mismo o muy
parecido, el hecho de tener el mismo valor (…) Que promueve, favorece o tiende
a la igualdad.
La denominación académica de familias
igualitarias hace relación a aquellas familias donde ambos progenitores
procuran los recursos económicos necesarios para el sostenimiento del hogar y reparten
las tareas domésticas y el cuidado de los hijos/as. (www.abc.es)
Para Petro, que es un político
profesional avezado, no un experto en familia, lo que define la familia
igualitaria es no regirse por jerarquías autoritarias entre sus
integrantes, en especial aquellas donde se impone el poder y la voluntad
suprema del hombre sobre la mujer y los hijos/as. Es, como puede apreciarse una
definición muy parcial e incompleta de la familia igualitaria. En la
entrevista con los Danieles, Petro da un dato cierto y es que la tercera parte
de los hogares colombianos, alrededor de 5 millones, están conformados por
mujeres cabeza de familia. Situación
grave y dramática cuya principal causa, no la única, está en el abandono
paterno de las responsabilidades inherentes de conformar una familia, de
aportar económicamente, de criar, cuidar, formar y educar a la prole. Lo que
también es cierto es que la mujer tiene la opción personal de ser madre sin
tener una relación o vínculo con un hombre. Es más. Sin tener una relación
sexual mediante la inseminación artificial.
En los hogares de jefatura femenina, que es una de las formas
reconocidas de organización familiar, ya no es posible que concurra el factor
de la igualdad por cuanto se carece de la figura masculina como esposo,
compañero, padre responsable de los hijos y persona presente para el
sostenimiento del hogar y las tareas domésticas. En este tipo de familias lo
que prima es la desigualdad, la exclusión y la pobreza. La ley 82 de 1983,
conocida como la Ley Mujer Cabeza de Familia fue expedida para dar una
protección y beneficios económicos y sociales a las mujeres jefas de hogar.
Feminización de la pobreza es
el concepto acuñado para describir y explicar este fenómeno familiar, económico
y social. Y aquí es preciso señalar que son las mujeres las que, en ausencia
del hombre o en su presencia ejercen un poder autoritario, inclusive despótico
en su relación con la crianza de los hijos/as. Así que el concepto de familias
igualitarias aplica, como un deber ser, es en las familias donde mediante
el matrimonio, civil o religioso, o la unión de hecho conviven bajo un mismo
techo, compartiendo además lecho y mesa una pareja, heterosexual o del mismo
sexo, donde hay hijos/as. Sin embargo,
hay que reconocer que en las familias igualitarias los hijos/as cuentan
con la imagen, la presencia de una figura protectora, positiva de identidad
masculina paterna en su crianza y formación de su personalidad.
Es en el campo jurídico, y no el
social, económico y cultural que el término de la igualdad es deseable y
aplicable. En las sociedades que se rigen por un Estado de Derecho la
ciudadanía tiene el derecho a ser tratada en condiciones de igualdad frente a
la Ley. En Colombia tanto la Constitución Política de 1991, como las sentencias
de las altas cortes (Corte Constitucional, Corte Suprema de Justicia y Consejo
de Estado) han eliminado todas las leyes y normas discriminatorias contra la
mujer. En 1981 el Congreso de la
República aprobó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer adoptada por la Asamblea General de las Naciones
Unidas el 18 de diciembre de 1979 y firmada en la ciudad de Copenhague el 17 de
julio de 1980. Las altas cortes, por iniciativa de la ciudadanía, han suprimido
del Código Civil, de origen napoleónico, todas las normas que el Régimen
Patriarcal de Familia y la iglesia católica hizo incluir, por costumbre y moral
religiosa. El fenómeno. La igualdad que los Estados democráticos deben
reconocer y garantizar es la igualdad de las personas a tener y ejercer los
derechos. El problema de la desigualdad
de la mujer, que aún subsiste, es de tipo cultural e ideológico y se refleja en
la persistencia en ciertos sectores de la sociedad de mantener prejuicios,
creencias, hábitos y practicas misóginas y violentas contra las mujeres.
Con el nombre del matrimonio
igualitario se conoce el matrimonio civil entre personas del mismo, sexo,
que muchos países han reconocido su legalidad. El matrimonio igualitario es
una conquista social y política del lobby del movimiento LBGTI. Lo de
igualitario era la pretensión de equiparar este tipo de matrimonio al
matrimonio entre parejas heterosexuales, con sus mismos derechos, para formar
una familia incluyendo la adopción. EL matrimonio igualitario, siendo ya
un derecho, es una especie de refundación de la familia nuclear tradicional y
heterosexual. Desde esta perspectiva no puede considerarse como una nueva forma
de organización familiar. Esta refundación de la familia nuclear, que es una
entre otras formas de organización familiar, mantiene el discurso, la narrativa
de considerarse, como bien dice la reconocida socióloga e investigadora María
Cristina Palacio Valencia, como la familia más adecuada para el
desarrollo y convivencia de sus integrantes frente a otras formas de
organización familiar. Ideología que defienden y difunden las Asociaciones con
Base en la Fe; ideología religiosa que considera a la familia nuclear como una
superioridad moral por encima de otras formas familiares. Asociaciones que
junto a partidos políticos cristianos en el Congreso conforman el colectivo
Pro-Vida que se opone a toda forma de regulación del aborto.
El enfoque sistémico familiar concibe
a la familia como la interrelación de tres subsistemas: el subsistema de la
pareja, el subsistema parento-filial y el subsistema fraternal. Cada subsistema
tiene sus propias funciones, retos, tareas, crisis y funciones. La buena
comunicación y el establecimiento de relaciones y vínculos afectivos y
emocionales entre sus integrantes son necesarios no solo para el buen
funcionamiento de la familia en su integralidad, sino para resolver en forma
adecuada y pacífica los conflictos. La fortaleza de la familia así concebida
bajo el enfoque sistémico no es el principio de igualdad sino el de complementariedad
entre los subsistemas.
En ensayos anteriores hemos
escrito acerca de la Unidad Persona-Familia para significar tan
importantes son los Derechos Humanos de cada integrante como los Derechos
Colectivos de la Familia, la Familia entendida como Sujeto Colectivo de
Derechos y Obligaciones, derechos reconocidos por la Ley 1361 de 2009, de
Protección Integral a la Familia. El reconocimiento, el respeto mutuo por el
ejercicio de ambos derechos son claves para la convivencia pacífica y la
Unidad Persona-Familia. En este nuevo paradigma familiar el concepto
fundante nos es la igualdad sino la democracia. Desde 1994,
declarado por las Naciones Unidas, el Año Internacional de la Familia, propuso
como lema y tema de reflexión pública la Familia como la construcción de la
pequeña democracia. Y debemos, también, a los movimientos feministas la
denuncia, combate y deconstrucción de las consecuencias nocivas para las
familias, las mujeres, los hijos/as y los mismos hombres del Régimen
Patriarcal, de origen de la antigüedad greco-romana en Occidente. Antes que familias
igualitarias lo que el Estado, las personas, las comunidades necesitan y
requieren son familias democráticas.
¿Qué se entiende por una familia democrática?
Las Familias democráticas se
construyen en el día a día, en la manera en que sus integrantes se involucran
en la toma de decisiones y cómo actúan para la ejecución de estas. Es un
proceso cambiante de permanente construcción de la autonomía de cada persona y
de mecanismos para que participen. (Cómo construir una familia
democrática. Www.icbf.gov.co).
La autoridad, el poder, la toma
participativa de decisiones, el cumplimiento de los derechos y el asumir las
obligaciones y consecuencias, el concertar y negociar las normas y reglas
familiares, el respeto a la dignidad humana de cada integrante y a su libre desarrollo
y autonomía, la escucha activa y el diálogo, la convivencia pacífica, la
práctica de la equidad, que no de la igualdad, de género al interior de la
familia, la resolución dialogada de los conflictos son, entre otros, elementos constitutivos de una
familia democrática. La familia democrática no significa la ausencia
de autoridad y su ejercicio por parte de padres, madres o cuidadores/as hacia
los hijos/as, sino que no se concede espacio y validez a imposiciones
autoritarias para hacer respetar las normas y reglas familiares. Aquí no puede
imperar el principio de la obediencia debida y la sumisión. Ni expresiones
como: en esta familia mandamos el papá y la mamá y a los hijos/as solo les
cabe obedecernos.
No podemos pretender construir y
mantener un Estado y una sociedad democrática si antes, en las relaciones y los
vínculos familiares. No adquirimos las vivencias y los beneficios de los
principios y valores de la democracia en nuestras mediante el ejemplo, la
enseñanza de las palabras y practicas entre todos los integrantes de las
familias. En el mundo existen diferentes
regímenes políticos que gobiernan los países. La democracia y sus instituciones
es el menos malo de los regímenes políticos posibles por cuanto existe la
garantía de la alternancia del poder y un Estado Social de Derecho que reconoce
los Derechos Humanos, económicos, sociales, culturales y ambientales de las
Naciones Unidas a su población. Y a una
sociedad democrática le conviene, cómo no, promover y fortalecer las familias
democráticas.
En la propuesta de una familia
democrática tiene cabida el movimiento social de las nuevas
masculinidades y paternidades donde se llama a tomar conciencia de un nuevo
discurso de la posición y desempeño de los hombres en la familia y la sociedad.
Nuevos hombres sin el lastre atávico de las ideas y comportamientos del Régimen
Patriarcal. Nuevos hombres que valoran y respetan a las mujeres y que desean
tener hijos/as, paternar, hacerse responsables, como padres amorosos, en
la tarea de crianza, cuidados, formación y educación de los hijos/as.
Una verdadera familia
democrática es de por sí una familia protectora, no destructora de
sus integrantes. Y a diferencia de la familia igualitaria puede darse en
cualquier forma de organización familiar. Siendo la familia la primera agencia
de formación del ser humano, es en ella, también, donde debe de darse la
primera formación de sujetos con principios y valores democráticos, sujetos que
al llegar a la mayoría de edad sabrá participar y ejercer sus derechos y
obligaciones ciudadanas. Los niños, niñas y adolescentes son titulares activos
de derechos y de obligaciones, según su edad y capacidades. En las familias
democráticas es donde se construye ciudadanía, donde se respeta y se hace
realidad la Dignidad Humana.
La unión, la solidaridad, la
cooperación, el apoyo, la conversación, el diálogo intergeneracional, el amor
conyugal y filial y las manifestaciones afectivas de amor y cariño son
elementos que conforman una familia democrática, que al contrario de la familia
autoritaria tiende a fortalecerse y no a degradarse. En una familia democrática la unión
posibilita afrontar y resolver los conflictos entre sus integrantes y tienen
menos probabilidad de sufrir violencia intrafamiliar, abusos sexuales y
maltrato infantil. Es en la familia democrática donde es posible en la
vida cotidiana las prácticas de equidad de género entre hombres y mujeres tanto
en la vida de pareja como en las relaciones entre hermanos y hermanas. Equidad de género que posibilita a los
integrantes de una familia democrática cambiar los lugares, las
posiciones tradicionales entre hombres y mujeres tanto en su concepción como en
su desempeño, y darle otros sentidos, otros significados de ser hombre o mujer.
La familia democrática respeta y propicia las distintas maneras de
desarrollar y expresar tanto la identidad como la orientación sexual de cada
uno de sus integrantes y su pertenencia a distintos colectivos sociales y
culturales.
En el texto del ICBF de ¿Como
Construir Una Familia Democrática? (www.ICBF.gov.co), se mencionan
sus beneficios:
Distribución
equitativa de las tareas del hogar.
·
Mayor
compromiso con las responsabilidades individuales.
·
Mayor
colaboración entre los integrantes.
·
Ampliación
de los espacios de diálogo.
·
Mayor
participación en la toma de decisiones.
·
Disminución
de los niveles de estrés entre padres, madres y cuidadores/as.
·
Aplicación
de prácticas de autocuidado.
·
Mayor
desarrollo de pensamiento crítico que protege a los niños, niñas y adolescentes
diferentes.
Lo que es cierto es que no
tendríamos en la sociedad familias igualitarias, ni familias democráticas sin
los procesos y movimientos sociales de emancipación, de liberación femenina,
desde la década de los años 60 del siglo XX, que movilizaron a las mujeres a
tomar conciencia de su situación de inferioridad y a demandar de los Estados
acciones jurídicas del desmantelamiento de normas patriarcales opresivas y
discriminatorias contenidas en el Código Civil, como el de la Potestad Marital
del varón, sobre su esposa y remplazarlas por nuevas leyes de equiparación de
sus derechos civiles como el de
compartir la Patria Potestad con los hombres en las familias. Y un gran avance
fue el de tener acceso a los métodos de planificación familiar y poder regular
la natalidad. Los nuevos estilos de masculinidades y paternidades son la
respuesta, aún incipiente, de responder a las nuevas feminidades y
maternidades.
Tanto las familias
igualitarias como las familias democráticas conllevan beneficios
tanto para las personas como para la sociedad, ambas son convenientes, pero, reafirmamos,
mientras las primeras solo cubren las familias conformadas ya sea por parejas
heterosexuales o del mismo sexo, las familias democráticas dan cabida,
espacio, en muchas otras formas de organización familiar. Así que, con mucho
respeto, recomendamos al senador, al candidato y probablemente futuro
presidente Gustavo Petro que no solo promueva en sus discursos las ventajas de
la familia igualitaria para el empoderamiento de las mujeres sino,
también, a la familia democrática.
Para finalizar recogemos la frase
afortunada de la doctora Ligia Galvis Ortiz, abogada, filósofa y experta
nacional e internacional en familia: La familia en la democracia y la democracia en
la familia.
Medellín 26 de abril de 2022
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