July 03, 2015

La familia multiespecie: ¿otro tipo de familia?





La familia multiespecie: ¿otro tipo de familia?




Luis Julián Salas Rodas

Sociólogo

Especialista y Magíster en Ciencias Sociales

Magíster en Ciencias de la Educación

Medellín - Colombia


luijus34@gmail.com

@LuisJulianSalas

familiayotros.blogspot.com



Concepto significa diseño, imagen, construcción o símbolo, concepción, idea u opinión expresada, caracterización.  Es la formulación de una idea o imagen a través de palabras”.

“El término concepto tiene origen del latín conceptus, del verbo concipere, que significa algo conocido o formado en la mente, y es considerado una unidad cognitiva de significado.”

Si hay un concepto complejo y difícil de definir en las ciencias sociales y humanas es el concepto de familia.  El mayor obstáculo es que no existe una disciplina que tenga a la familia como único objeto de conocimiento.  De la familia se ocupan, cada una desde su particular enfoque, la sociología, la sicología, el derecho, la antropología, la ética, la economía y el sicoanálisis. La “familiología” no existe en sentido estricto. Existe la terapia familiar, la consejería de familia, la medicina familiar como campos de trabajo profesional. Los equipos sicosociales que asesoran e intervienen a las familias se forman en dichas disciplinas, de ahí que les resulte tan arduo consensuar una mirada interdisciplinaria e integral de los fenómenos familiares. Para poder comprender y dar dictamen sobre la familia de los otros es menester primero realizar un proceso de introspección personal sobre la propia vida familiar.

De las familia también se ocupan las doctrinas religiosas las cuales han construidos discursos morales desde el deber ser de la vida familiar. Si hay algo conocido y formado en la mente de las personas es su vida e historia familiar. Lo que sucede o no y como sucede en la infancia y adolescencia, si contamos o no con adultos amorosos, sí fueron o no satisfechas nuestras necesidades materiales y afectivas dependerá, en buena medida, lo que llegamos a ser en nuestra vida adulta.  La familia no es sólo asunto de conocimiento científico sino, además, parte esencial de nuestras creencias, vivencias, actitudes y conductas. Todos tenemos opiniones, juicios y prejuicios sobre la familia que contraponemos a los hallazgos y evidencias científicas. La familia puede ser un infierno o un paraíso o la mezcla agridulce de ambos.

No es posible dar una definición única de familia que sea aceptada en su totalidad por la comunidad académica y científica. Lo que si podemos es caracterizar los elementos que la conforman: el parentesco, los vínculos afectivos y emocionales, la reproducción, las funciones, las responsabilidades legales, su tipología, su estructura, su dinámica interna, la comunicación, sus crisis y conflictos. Podemos, eso sí, afirmar que no es familia: un grupo de amigos o amigas que comparten los gastos de sostenimiento en una residencia no son familia, constituyen un hogar.  Los compañeros y compañeras del trabajo no constituyen una familia así se traten con familiaridad. No toda forma de convivencia humana puede llamarse familia.  En ocasiones es necesario que la ley la defina como lo hizo la Corte Constitucional de Colombia frente al caso del reconocimiento de las parejas homoparentales.

Cuando mencionamos las tipologías familiares nos estamos refiriendo a la diversidad de su conformación y vínculos entre padres, madres, hijos y parientes.  Algunas tipologías reconocidas: familia nuclear: papá, mamá e hijos; familia extensa: conformada por tres generaciones: abuelos, padres e hijos; familia monoparental: un padre o una madre sola a cargo de los hijos; familia simultánea: conocida como “los tuyos, los míos y los nuestros”; familias fraternas: conformada solo por hermanos y hermanos. Las tipologías son la expresión de la diversidad, del poliformismo familiar, de los cambios internos de la estructura familiar ante las transformaciones históricas, económicas y culturales de la sociedad. Denominamos familia a la institución como tal y hablamos de familias en plural cuando queremos significar su diversidad. Lo que importa no es tanto tal o cual tipología sino que independiente de ésta la familia cumpla con sus funciones ante sus integrantes, la sociedad y el Estado.  Discutible es la tesis que refiere mayores riesgos y problemas para los hijos que carecen o crecen sin la presencia de uno de sus padres,  las llamadas familias incompletas.  Riesgos y problemas se presentan en todas las familias, independiente, de su conformación.

Y ahora tratemos del tema del artículo: la familia multiespecie: ¿otra tipología familiar?

La familia multiespecie tiene su base en la construcción de lazos afectivos sin importar la especie, un perro o un gato por ejemplo, que brindan afecto y que a su vez reciben cuidado y cariño”.

“Usos culturales y sociales permiten que en algunas familias se trate a un animal como si fuera un hijo de la misma especie, sin antropoformizarlo, respetándolo en su esencia específica animal, este estatus que las personas brindan al otro de diferente especie, requeriría un trato especial desde lo jurídico y que se lo reconozca como miembro de una familia”. (www.defensores.co)

En el período neolítico de la evolución humana, hace alrededor de 500.000 años A.C, se descubrió y comenzó a usarse el  fuego para calentarse ante las bajas temperaturas, para protegerse de animales fieros, para fundir metales y elaborar herramientas, y para la cocción de los alimentos. El ser humano es la única especie del planeta que tiene la habilidad de encender un fuego. El lobo, ancestro del perro, fue el primer animal en ser domesticado. Se cree que los olores de la carne asada que se desprendían de la hoguera de los animales cazados era olfateada por los lobos, quienes se aproximaciones sucesivas se fueron acercando para obtener de los humanos el deseado alimento. Con la agricultura y el pastoreo vino la vida sedentaria y la domesticación de otros animales como las cabras, las ovejas, los cerdos, los caballos, los conejos, y aves de corral,  con el doble propósito de servir de alimento e intercambio económico. La domesticación de los animales como los perros y gatos implicó su cautiverio, su adiestramiento, su pérdida de agresividad y su cruce genético,  el cambio de alimentación y la sumisión a la voluntad humana. Compañía animal a cambio de proveer techo, protección y comida. El cuidado y nutrición de las mascotas es hoy una industria global multimillonaria. Hay estudios que concluyen el aporte de la proteína y grasa animal contribuyeron al desarrollo del cerebro y la inteligencia humana, tesis que los vegetarianos y veganos no comparten. (www.mundoanimalia.com). (www.solociencia.com)

Los promotores de la propuesta de la familia multiespecie argumentan la construcción de lazos afectivos entre  humanos y  mascotas u otras especies animales para configurar una familia; argumentan, también, que deben ser reconocidos en una categoría jurídica especial de derecho.

Vamos por partes.  Si bien la construcción de lazos afectivos es factor importante en la constitución y dinámica de una familia, dicho factor no es lo único, hay otros determinantes, los cuales mencionamos antes.  Con amigos y ciertos compañeros de colegio o de trabajo podemos, y de hecho, establecemos relaciones afectivas pero eso no da pie a que los consideremos familia. Parecer no es ser. Se dice: “como si fuésemos un familia pero “como” no significa ser.

Los Derechos Humanos surgen y tienen su fundamento en el respeto a la dignidad humana, a la garantía que los Estados y la sociedad deben procurar a las personas para que puedan disfrutar de una vida digna sin discriminación o exclusión. Los derechos tienen su contraparte en el cumplimiento de responsabilidades.  Las personas tienen derecho a su libertad y autonomía pero deben responder por sus actos y asumir las consecuencias de infringir la ley. Pregunto: ¿los animales son responsables de sus actos?  ¿Cuándo un perro, por ejemplo, muerde a un niño, quien debe responder él o su dueño?  Obvio responde el amo. ¿Cuál sería, pues, la categoría especial de reconocimiento de los animales cómo sujetos de derechos?  ¿Deberá dejarse el trato de amo – mascota? ¿Habrá que considerar y tratar a las mascotas cómo menores de edad?

Proponen los defensores de la familia multiespecie que los animales domésticos sean “tratados como un hijo”. A Los animales se les adiestra para lograr su obediencia,  en cambio las personas se forman y educan para la autonomía. Una cosa es el deber, que el otro haga lo que uno quiera y otra cosa, muy distinta, la responsabilidad. A un bebé no le es exigible ninguna responsabilidad pero a medida que crece y se desarrolla, y de acuerdo a su edad y capacidades, la familia y la sociedad le va demandando asumir responsabilidades. Los animales no son objeto de dolo o culpa.  Las personas sí. Y si tomáramos la expresión ser “tratados cómo un hijo” en forma literal eso significaría que las mascotas tendrían derecho a heredar bienes cómo los hijos biológicos o adoptivos.  Un asunto es que una persona sin descendientes o herederos humanos decida dejar su patrimonio en fideicomiso a su mascota y otra muy diferente que esta tenga el mismo derecho que un hijo a heredar. ¿Estarían todos los hijos de acuerdo o sería motivo de conflicto? Y a propósito de la adopción, no es lo mismo, ni tiene igual significado adoptar una mascota  que adoptar un niño o una niña, baste con mencionar las implicaciones legales.  Y no siempre los amigos de las mascotas las tratan cómo debería ser; es recurrente los casos de mascotas que las dejan solas, fines de semana, en las unidades residenciales generando sufrimiento para ellas e incomodidades a los vecinos. 

Insisten los adalides de la familia multiespecie que no debemos “antroporformizar” , mejor será decir “humanizar” a los animales.  Resulta que tal acción la hacemos en forma constante.  El éxito de los cuentos y dibujos animados infantiles reside en imprimir características humanas a los animales cómo lenguaje, pensamientos y sentimientos. A mi modo de ver, desde el punto de vista de las especies animales antes que beneficios la domesticación y convivencia permanente con lo humanos les ha traído perjuicios como trastornos emocionales y de conducta.  La dependencia y el apego extremo los vuelve vulnerables a los estados de ánimo y de personalidad de sus cuidadores; tanto así que ya se menciona una nueva disciplina: la Zoopsiquitría que tiene como objeto el estudio del animal en relación con la familia humana… Las mascotas se contagian de nuestros miedos, ansiedades y neurosis. César Millán  conocido como el encantador de perros nos muestra en su programa de televisión los problemas de convivencia que crean a los perros los humanos por falta de conocimiento y adiestramiento y como rehabilitarlos mediante ejercicio, disciplina y afecto. El apego extremo a las mascotas conlleva elaborar duelos ante su muerte y, cada vez más frecuente, acudir a servicios funerarios. Si ellas fuesen familia, ¿tendrían sus amos el derecho a solicitar a su empleador una licencia por calamidad doméstica? Hay millones de personas que prefieren la exclusiva convivencia animal domesticada a la incierta convivencia humana, y están en su derecho. Caso aparte son los llamados “acumuladores de animales”, en especial de perros y gatos, que cohabitan con decenas de ellos en condiciones de hacinamiento e insalubridad; y que decir de los que prefieren la compañía de especies exóticas prohibidas por la ley… ¿Tipifican cómo familia multiespecie? Y no entremos en el debate ético-social de la sobre atención en cuidados y dinero a las mascotas versus el déficit de cuidados e inversión a la primera infancia, por ejemplo, ni en los planes de medicina prepagada, ni en los accesorios de vestuario que les ponen.

La “humanización” de las mascotas no solo es darles un nombre humano: Mateo, Lucas, Dante sino que los centros veterinarios hacen ya  las veces de notaría: al perro Mateo lo registran con el apellido del propietario: Mateo Correa. ¿Qué tal?  La progresiva “humanización” de  las mascotas es un indicador de la creciente dificultad que los seres humanos manifiestan por no querer mantener relaciones afectivas, permanentes y profundas, con sus semejantes.  

¿Quienes alientan y motivan el discurso de la "humanización" de las mascotas? Los mayores beneficiados son las empresas de concentrados, artículos para mascotas, quienes han encontrado en este "nicho de mercado" una fuente fabulosa de ingresos. A falta de bebés, biberones y pañales se incrementa la venta de los productos y mercancías para un pretendido bienestar animal.     

No estar de acuerdo con la clasificación de familia multiespecie no significa que estemos en contra de tener mascotas en la casa.  De hecho, en todo el mundo, aumentan el número de familias con mascotas. Los animales, como seres vivos, deben ser respetados, protegidos y cuidados.  La crueldad y el maltrato animal no pueden tolerarse o permitirse.  Debe sancionarse y penalizarse en los casos graves. Muchas veces las familias deciden tener una mascota porque les parece linda y graciosa mientras es pequeña, por moda,  sin tener los medios económicos para sostenerla y sin el espacio adecuado en la casa. Estas decisiones precipitadas conllevan sufrimiento y abandono para la mascota.

Celebramos la medida de las autoridades municipales de abolir el tránsito y transporte de carga por medio de caballos y darles la oportunidad a los antiguos cocheros de optar por vehículos motorizados. Nos complace que los municipios destinen albergues cómodos e higiénicos, con personal cualificado,  para atender  perros y gatos callejeros, abandonados por sus dueños. Como también nos complace la prohibición de tener animales en los circos y las regulaciones oficiales para la compra-venta de especies domésticas que les eviten maltratos y sufrimientos. Bienvenida toda iniciativa oficial o ciudadana en beneficio de la calidad de vida animal.  Ciertos son, también, los casos heroicos y extraordinarios de perros que arriesgan sus vidas para salvar la de sus amos, donde el apego, la fidelidad y la inteligencia canina nos asombran.  Como ciertos son aquellos casos en que pacíficas mascotas atacan súbitamente a sus amos, sin motivo aparente, respondiendo a un instintivo comportamiento animal. 

Siete perros he tenido desde mi infancia; el pesar, el inconveniente mayor es que su ciclo vital es más breve que el nuestro y cada muerte es una triste perdida. No los he percibido y tratado como a un hijo; me he tomado el tiempo y la paciencia para adiestrarlos, me han proporcionado alegría, entretención y compañía pero nunca se me ha ocurrido darles mi apellido, o autorizarlos a subirse al sofá o a las camas, y siempre he estado atento a su salud y alimentación.   Mi aprecio hacia ellos no me lleva a considerarlos como parte de mi familia.  Me genera, eso sí,  indignación y desconfianza las personas que maltratan y desprecian a los animales.  Confieso que las mejores ideas me llegan al cerebro cuando paseo con Pinocho, así se llama mi séptimo perro.

Muy endebles y muy poca sustentación argumentativa aportan los que abogan por que la familia multiespecie tenga un reconocimiento académico y disciplinar. ¿Una familia nuclear con una mascota canina o felina la definiríamos cómo multiespecie, cómo nuclear, o nuclear multiespecie? ¿Será que llegará un día que se considere a una familia incompleta si carece o no  desee tener una mascota? ¿Será que sin la mascota la  foto de la familia quedara incompleta?


La familia no es un sustantivo al que podamos endilgarle cuanto adjetivo se nos pase por la cabeza. Insisto: no es admisible llamar familia a cualquier forma de relación, vínculo o convivencia humana y menos que su definición sea determinada por la tenencia o no de mascotas.  Esta propuesta en vez de aclarar el concepto de la familia humana la enreda y confunde aún más.  En vez de hablar de familia multiespecie, hablemos mejor de convivencia multiespecie, entre humanos y animales,  porque las mascotas son sujetos de protección y no de derechos.

Una última reflexión: “el perro es el mejor amigo del hombre” pero el hombre no siempre se comporta como el mejor amigo del perro, y  me temo que en este incierto proceso de “humanización” serán las mascotas la que lleven, al final de cuentas, la peor parte…

(Otro documento relacionado con el tema ver en Google: familia y otros: Las mascotas como hijos y los hijos como mascotas: un nuevo fenómeno sociocultural, año 2018)

3 comments:

Lilith said...

Aveces en las veterinarias ponen el nombre del perro con el apellido del dueño por mera practicidad. Generalmente con la hora de entrega y de la probable salida.

Pero no lo hacen por ponerle "apellido" al perro,
Es para saber simplemente quien es el dueño, y entregarlos más rápido.

Y también x q muchas veces los dueños los dejan abandonados en las veterinarias, y ya por lo menos con algunos datos (tel., cel, dirección) es más fácil dar con el dueño irresponsable x lo menos para que pague la consulta o el baño.

Unknown said...


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familias said...

Excelente articulo, me sirvió de mucho. Gracias