MANIFIESTO POR LA FAMILIA
EN COLOMBIA
(Resumen)
(Resumen)
Soñamos
una familia amorosa y cálida para vivir sus derechos y los derechos de sus
integrantes, fuerte para desarrollar sus proyectos de vida, capacitada para
promover los proyectos de vida de sus integrantes, veraz y justa para manejar
sus conflictos internos, activa y ágil para ejercer la interlocución con el
Estado y la Sociedad.
Ligia Galvis Ortiz
Presentación
El manifiesto por la familia en Colombia expresa el pensamiento de
los y las profesionales, líderes sociales, académicas, académicos, ciudadanos y
ciudadanas que trabajamos, orientamos, pensamos y conformamos las familias con
los parámetros de la civilidad, los principios de la democracia y el paradigma
de los derechos humanos.
La familia se ha transformado al ritmo de los cambios producidos
en la sociedad especialmente en la segunda mitad del siglo XX y lo corrido del
presente. Las modificaciones de la cultura enraizada en los órdenes económico y
político, los avances de la ciencia que tienen que ver con la natalidad, la
genética y la reproducción asistida, el desarrollo de la tecnología, el
desarrollo de los medios de comunicación y el surgimiento de las redes sociales
han permeado la organización y la dinámica de las relaciones familiares.
Concebimos la familia a partir de la dignidad de las personas que
la integran, depurada de las metáforas derivadas de las nociones tradicionales
que la ocultan; la pensamos como la estructura social originaria en la cual los
seres humanos desarrollan los vínculos que se derivan del amor entre dos personas
o los vínculos biológicos o legales con los cuales se consolidan relaciones
complejas signadas por la sensibilidad y la razón; estos vínculos son tan permanentes que superan la existencia fáctica
de las personas, superan los espacios físicos y perduran para siempre en el
corazón.
Pensamos la familia desde los principios establecidos en la
Constitución y las leyes que a ella se refieren como colectivo, y a sus miembros
individualmente considerados. Recordamos que la familia aparece en la
Constitución Colombiana de 1991 como agente político interlocutor de la sociedad
y el Estado porque es agente corresponsable en la garantía de los derechos de
sus integrantes. En consecuencia, es un sujeto colectivo con derechos y
obligaciones; su misión es garantizar los derechos de sus integrantes, formarlos
como personas en su triple dimensión individual, social y política y cuidar a
quienes deben ser cuidados. De estas consideraciones se desprenden elementos
que ubican a la familia como una organización social con características y
funciones que la convierten en agente activo en la democracia contemporánea.
Para comprender esta concepción de familia hay que distinguirla de
la noción de hogar. El hogar es el espacio de la convivencia de las familias,
no es la familia. El DANE ha construido el sistema de información estadística a
partir de la categoría hogar censal definida así: “hogar censal es una persona
o grupo de personas, parientes o no, que viven (duermen) en una misma vivienda
y comparten generalmente sus comidas” La categoría hogar ha ocultado a las
familias y sus realidades. En efecto, el hogar es un lugar y la familia es
sujeto colectivo, los espacios no son sujetos pero éstos viven en los espacios,
en los hogares. Una primera obligación del Estado es aportar información sobre
las familias y sus realidades sociales, económicas y culturales a través de sus
centros de información.
Este colectivo social recibe a los seres humanos los cuida y los
orienta en su proceso de desarrollo personal y colectivo; como sujeto colectivo
es titular de derechos y obligaciones y al mismo tiempo, es agente garante de
los derechos de sus integrantes; ese colectivo social es agente interlocutor
del Estado y de la sociedad, es agente gestor autónomo de sus propios recursos
para atender al desarrollo de su proyecto de vida como grupo y para promover el
cuidado y desarrollo de sus integrantes individualmente considerados.
Reconocemos que no existe un modelo único de familia, existen diversas formas
de organización y todas ellas deben ser reconocidas por el Estado y deben gozar
de iguales posibilidades para desarrollar sus destrezas y potencialidades con
libertad y autonomía. Por todo esto manifestamos:
1. Que la Constitución Política presenta la familia como sujeto
colectivo titular de derechos y obligaciones, garante de los derechos de sus
integrantes y con capacidad de agencia, por consiguiente, ésta es la base para
pensar la familia en la política, en la academia, en las organizaciones
sociales y en todas las instancias del Estado. Es obligación del Estado hacer
visible a la familia en todos los sistemas de información y en la gestión
pública en general.
2. Que es obligación del Estado con todas sus instituciones y de la
sociedad promover el desarrollo de las fortalezas necesarias para que las
familias en Colombia se conformen bajo el reconocimiento y respeto a la
dignidad, al pluralismo, la participación ciudadana, la solidaridad y la
autonomía en las relaciones intrafamiliares en sus contextos sociales locales,
nacionales e internacionales.
3. Que la familia es una unidad social y cultural originaria en la
cual los seres humanos experimentan las vivencias de la sociabilidad, se forman
como ciudadanas y ciudadanos y agentes de la cultura del respeto a los
atributos esencialmente humanos y los derechos que de ellos emergen como el
patrimonio inalienable de todas las personas.
4. Que reconocemos la familia como sujeto colectivo titular de
derechos y garante de los derechos de sus integrantes y que es necesario
propiciar estudios y debates para consolidar la categoría y promoverla en los
ambientes de las ciencias sociales y en las prácticas de vida de las familias
en Colombia.
5. Que la familia nuclear ya no es referente hegemónico en la visión
de familia en Colombia, porque existen modelos, estructuras y formas de vida
diversas y todos ellos son sujetos colectivos, agentes políticos activos en la
vida del país. Solicitamos de manera urgente, que el Gobierno y las entidades
académicas lleven a cabo los estudios para la caracterización de las familias
en todo el país.
6. Que la familia es sujeto colectivo activo pero no hegemónico,
porque sus integrantes también son presencia activa en el grupo y ante el mundo
que la rodea; estas dos presencias conforman el yo y el nosotros en una unidad
que vive en medio de tensiones y equilibrios, entre conflictos y acuerdos que
deben resolverse con la concertación pacífica, democrática y con la
participación de todos sus integrantes.
7. Que en el colectivo familia coexisten dos sujetos titulares de
derechos que son las personas que la integran en su calidad de sujetos a título
individual, y el sujeto colectivo familia titular de los derechos que le
reconoce la Constitución Política, la ley 1361 de 2009 reformada por la ley
1857 de 2017 y la jurisprudencia de la Corte Constitucional. Manifestamos que
esta titularidad es exclusiva de la especie humana. Ningún otro ser presente en
la naturaleza es sujeto de derechos humanos.
8. Que los derechos humanos es el paradigma que orienta todas las
miradas y todas las acciones dirigidas a las familias; así mismo, esas miradas
y acciones deben tener en cuenta los enfoques de género, intergeneracional,
territorial y de las personas con habilidades especiales. Que no hay democracia
mientras la igualdad entre hombres y mujeres y entre todas las opciones
sexuales no se haga realidad.
9. Que la familia es un agente político activo en la democracia
contemporánea pero permanece oculta por causa de la persistencia en concebirla
con metáforas prestadas de la biología o por la utilización de categorías
jurídicas que no le corresponden. Es necesario garantizar su presencia como
interlocutora del Estado y la sociedad porque tiene derechos que ejercer y
obligaciones que cumplir para garantizar el ejercicio de los derechos de sus
integrantes.
10. Que, como actor político, la familia tiene la obligación de formar
a las niñas, niños, adolescentes y demás integrantes humanos, en las vivencias
de la democracia a través de la organización de su propia vida según los
principios democráticos de igualdad, libertad, autonomía y solidaridad en todos
sus espacios vitales: Participación de todos y todas en la gestión de la casa,
en el cuidado de quienes lo necesitan y en la expresión de sus propios
sentimientos. La democracia en la familia es pilar para la democracia política.
11. Que la obligación primordial del Estado y la sociedad,
especialmente las empresa privadas, es reconocer la presencia de las familias
como actoras responsables de su propio desarrollo y asegurarles las condiciones
adecuadas para que adquieran y ejerzan la capacidad de agencia en la gestión de
su propio desarrollo, el de sus integrantes, y contribuyan al desarrollo del
país.
12. Que los conflictos enriquecen a sus actores, enriquecen la vida
familiar y son pedagógicos si se resuelven mediante la concertación y se
cumplen los acuerdos en debida forma. Estas prácticas fortalecen la
responsabilidad de quienes intervienen en ellos. La justicia en la familia
conjuga sentimientos, emociones y razones, se maneja con normas mínimas,
oportunas y efectivas y reglas flexibles que organizan la convivencia y la
búsqueda de la armonía y la felicidad.
13. Que las familias en Colombia necesitan una justicia administrativa
y judicial pronta y efectiva, que tome las decisiones adecuadas y oportunas,
que se conecte con la justicia social debida a las familias para que contribuyan
a la solución real de los problemas que las afectan, a la descongestión, a la
mejora de la calidad de vida del grupo y de sus integrantes y al desarrollo
humano del país.
14. Que las políticas públicas para las familias en Colombia, en sus
diferentes niveles territoriales, no pueden expresar la continuidad de la
tradición del modelo patriarcal de familia porque el paradigma de los derechos,
la Constitución, las leyes, la jurisprudencia y las ciencias sociales han
fijado los nuevos derroteros para entender la familia como la organización
social originaria definida como el sujeto colectivo titular de derechos, cuya
función es asegurar su propio desarrollo y el de sus integrantes mediante el
ejercicio pleno de los derechos humanos. Los municipios, distritos,
departamentos y la nación tienen la obligación de poner en marcha las políticas
para las familias en forma inmediata.
15. Que, en esta fase denominada de postconflicto es obligación del
Estado, en todos sus niveles territoriales, elaborar y poner en marcha las
políticas públicas para el desarrollo de las familias en Colombia. Esta
obligación exige: a) que se introduzca el tema en los planes de desarrollo
municipales, departamentales y en el plan nacional de desarrollo; b) que el Estado
incorpore a las familias como actoras efectivas en las acciones derivadas del
acuerdo firmado con las antiguas FARC y en los acuerdos que se firmen con los
demás grupos armados que actúan fuera de la ley; c) exigimos plazos inmediatos
y perentorios para que el tema familia se incorpore al proceso del
postconflicto y que el Estado, en todos los territorios, ponga en marcha las
políticas públicas para las familias. Habrá paz en la nación, habrá paz en el
mundo, si las personas se forman y adquieren conciencia de que somos los únicos
actores de nuestro desarrollo integral y el cumplimiento de estas tareas se
inicia en las familias.
Llamamos a las personas, las organizaciones sociales, los grupos
etarios a adherir y firmar este manifiesto que respalda una concepción civil y
democrática de la familia en Colombia e invita a las familias a que se miren
como actoras de su propio desarrollo y como agentes corresponsables del
desarrollo armónico e integral de de sus integrantes individualmente
considerados; a que asuman sus
obligaciones y ejerzan sus derechos con autonomía y en libertad; y demanda al
Estado y a la sociedad que garanticen las condiciones necesarias para que la
democracia se haga realidad desde la familia.
Este documento fue elaborado por Ligia Galvis Ortiz, docente,
autora de dos libros sobre la familia, quien asume la responsabilidad de su
contenido, pero se convertirá en propiedad del colectivo que lo respalde, lo
adhiera, lo difunda y lo discuta. Está respaldado por un documento más amplio. Agradezco
la revisión crítica realizada por el profesor Luis Julián Salas Rodas,
sociólogo, ex-director de la Fundación Bien Humano.
Bogotá diciembre de 2017
1 comment:
Excelente articulo
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