En
Medellín, la ciudad más innovadora del mundo,
el
analfabetismo adulto sigue creciendo
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El informe de
Calidad de Vida de Medellín, 2013, del programa Medellín Cómo Vamos, página 25
y 26, afirma:
Tasa de
analfabetismo
“Qué en una
ciudad existan personas adultas que no saben leer y escribir habla de problemas
de exclusión social, económica y política que es necesario entrar a corregir
para garantizar que el 100% de la población sea alfabeta. En el período 2008 – 2012 se encuentra que
justo en este último año se presentó el nivel más alto de analfabetismo con
3.2% por encima del promedio nacional que se había ubicado en 2.9%.
En comparación con otras
ciudades colombianas se mantiene la desventaja de Medellín, Área Metropolitana,
frente a Bogotá, esta última presentó en 2012 una tasa de analfabetismo para
mayores de 15 años de 2.02. Medellín también tuvo a 2012 una tasa por
encima del promedio de las trece áreas metropolitanas que se ubicó en 2.8
Llama la
atención que Medellín, Área Metropolitana, y Bucaramanga tengan niveles muy
similares de promedio de educación para mayores de 15 años y de tasa de
analfabetismo, en cuanto estas dos ciudades son también donde más ha pesado el
desplazamiento por violencia histórico como porcentaje de la población, lo que
por lo menos en el caso de Medellín ha coincidido con un gran porcentaje de personas
con un bajo capital humano, entre 1998 y 2011 un 31% de los declarantes de
desplazamiento dijeron no tener ningún nivel educativo, de acuerdo con la
Personería de Medellín.
El
desplazamiento está influenciando este indicador, el gobierno actual reconoce
en su Plan de Desarrollo al enunciar que
la erradicación del analfabetismo no ha sido posible dada la movilidad de la
población desplazada. Hasta el momento
no parecen evidenciarse respuestas efectivas para la reducción de dicho
porcentaje”.
Coincidimos
en un todo y por todo con el anterior análisis de Medellín Como Vamos frente al
problema del analfabetismo adulto.
Cifras de la Personería de Medellín informan que en los 10 últimos años
entre 25.000 y 30.000 personas, de todos los departamentos del país, llegan
cada año a Medellín, resultado de la pobreza y la violencia, para radicarse en
la ciudad, es decir para ser ciudadanos permanentes. No desean volver a sus
lugares de origen y los ampara el derecho constitucional de la libre elección
de domicilio. Son, pues, miles de padres y madres analfabetas o con baja
escolaridad que no hayan, en Medellín, ocupación ni ingresos en el sector
formal de la economía sino, con muchas limitaciones en la informalidad.
Mientras en el país haya conflicto armado habrá desplazamiento forzado hacia
las ciudades. He ahí la importancia del
cese del conflicto por el feliz término del proceso de paz.
Ya de por sí
tener en el país 3.000.000 de personas mayores
de 15 iletrados es una vergüenza nacional, porcentaje que llega al 30%
en la Costa Pacífica. Compatriotas que viven como si estuviéramos todavía en el
siglo XIX. Y para Medellín, la ciudad más innovadora del
mundo, es una doble vergüenza tener, todavía, aceptando el subregistro,
alrededor de 70.000 habitantes en condición de iletrados. Y no mencionamos los miles y miles de
analfabetas funcionales que no logran comprender la lectura de un texto y mucho
menos escribirlo. Toso ellos y ellas
excluidos de las redes sociales y de la alfabetización digital.
La responsabilidad
primaria de restituir el derecho negado a la educación y crear un ambiente
habilitante para la dignidad humana corresponde al Estado. En Medellín la Fundación Bien Humano en
alianza con otras organizaciones sociales hemos venido contribuyendo a la
disminución de la tasa de analfabetismo adulto.
Desde 2009, 992 adultos y adultos mayores han culminado los niveles 1 y
2 del CLEI, ciclo lectivo especial integral, de ellos muchos han logrado
validar la primaria y continuar su bachillerato.
En el 2014,
con el apoyo de la Fundación fraternidad Medellín, las Fundaciones Ramirez
Moreno y la Fundación juan Diego, Alejandro y Felipe Vélez y Protección S.A,
iniciamos con 4 grupos, 2 en el barrio Santo Domingo Savio y 2 en el Refugio de Ancianos San Cristóbal, del barrio Boston.
En la
Fundación Bien Humano nos sentimos muy felices y orgullosos de contribuir a
restituir el derecho a la educación que posibilita a las personas recuperar su
autoestima, dar un nuevo sentido a sus
vidas, a sus relaciones interpersonales y a ejercer plenamente su ciudadanía.
Padres y madres con mayores niveles de educación tienen más y mejores
posibilidades de generar bienestar a sus hijos para no depender de los
subsidios de la asistencia oficial, de caridad de las iglesias y de la beneficencia de las ONG.
La Alcaldía
de Medellín se enorgullece de la calidad
de vida de los habitantes y del urbanismo social de la ciudad, de la cual hace gala en los innumerables congresos
y ferias internacionales que lleva a
cabo. Deberíamos sus ciudadanos y ciudadanas sentirnos, en un
futuro no muy lejano, también, muy orgullosos de vivir en una ciudad con Cero Analfabetismo y donde el
respeto a la Dignidad Humana sea el valor más apreciado y realizado.
El miércoles
20 de agosto de 2014 leí en el periódico
EL Mundo, de Medellín, esta noticia que me llenó de alegría y esperanza:
“Fin del analfabetismo: la ministra de Educación, Gina Parody, afirmó
ayer que el Gobierno se propone acabar con el analfabetismo en el 2018, como
parte de su meta de mediano plazo de hacer de Colombia el país mejor educado de
América Latina en el 2025….Buscamos que Colombia sea un país libre de
analfabetismo porque hoy todavía tenemos dos millones de personas analfabetas,
señalo la ministra”.
El país
cuenta con los recursos humanos, económicos y técnicos para cumplir con la
misión de dar fin al analfabetismo. Lo
que ha faltado es liderazgo, voluntad y responsabilidad política del Estado.
En buena hora el Gobierno Nacional toma la
iniciativa y desde ya nos unimos entusiastas.
Luis Julián Salas Rodas
Director
Ejecutivo
Fundación
Bien Humano
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