August 01, 2025

Una reflexión en el Día del Padre

 


Una reflexión en el Dia del Padre

 

Luis Julián Salas Rodas

 

Sociólogo

 

Especialista y Magíster en Ciencias Sociales

 

Universidad de Antioquia

 

Magíster en Ciencias de la Educación: Opción Desarrollo Social

 

Universidad Paris XII

 

Luijus34@gmail.com

 

@LuisJulianSalas

 

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Medellín – Colombia

 

La mejor herencia que los padres le podemos dejar a nuestros hijos son los buenos recuerdos

Fernando Savater

 

  En la celebración de el Día del Padre la sociedad reconoce y felicita a aquellos hombres amorosos, cuidadores, que escuchan, que forman, que son responsables y comprometidos, que hacen presencia en el hogar, que participan en desempeño de las tareas domésticas, y que acompañan sus hijos/as en el Curso de sus Vidas.

  Sin embargo, en miles y miles de familias en Colombia los padres están ausentes, han abandonado a la esposa o compañera y a los hijos/as, y no responden económicamente por sus obligaciones parentales de sostenimiento. Hijos/as que crecen sin los abrazos y manifestaciones de amor y afecto de su progenitor . El abandono de la figura del padre es la ausencia de su imagen ante ellos/as. La madre puede, en ausencia del padre, sustituirlo en sus algunas de sus funciones como proveedora y autoridad pero no puede representar ante los hijos/as la figura, la imagen del padre. En ocasiones la madre se une a un nuevo compañero que hace las veces de padrastro, que no remplaza al padre biológico, pudiendo ser tanto una figura positiva como negativa en cuanto a las relaciones con sus hijastros/as. 

 En otros miles de familias tenemos padres violentos, maltratadores y abusadores sexuales con los integrantes. Estos “padres” no son, por supuesto, buenas figuras de identificación para los hijos/as; por el contrario, crean en ellos traumas severos, odio, resentimiento y graves problemas emocionales y de conducta.

 No siempre, pues, la familia es un espacio amable, seguro, de protección para sus integrantes; también puede ser un espacio de dolor, de sufrimiento y aniquilación emocional de sus miembros.

 El divorcio, la separación de los padres no debería implicar el rompimiento, a veces violento, de las relaciones y los vínculos emocionales, afectivos y emocionales ya sea del padre o de la madre, Separación que implica, muchas veces, la incomunicación y el alejamiento, en especial del padre. De ahí que siga en aumento el numero de hogares monoparentales de jefatura femenina en el país.

 Con esperanza y mucha alegría vemos, en cambio, como surgen nuevas generaciones de hombres que piensan, sienten y ejercen tanto su masculinidad como su paternidad de una manera distinta a la de su padre. Es un cambio muy positivo en el imaginario, en la actitud y el comportamiento, tanto personal como colectivo, frente a la tradición machista, patriarcal y autoritaria de otras épocas frente a la educación y formación de los hijos/as y al vínculo y relación con su esposa o compañera.

 Los niños, niñas y adolescentes de Colombia requieren para su alegría, felicidad, bienestar y sano desarrollo de estos hombres que, más allá de ser progenitores, quieren y ejercen los valores y principios de las nuevas masculinidades y paternidades. Y cuando estos padres se vinculan, toman tiempo, participan en las tareas domesticas y en los cuidados, formación y educación de sus hijos/as tanto mejor.

 Reconocimiento social y muchas felicitaciones a todos los padres amorosos, responsables, que abrazan, que dialogan, que ejercen la autoridad sin imposiciones, que siempre están “ahí” para escuchar, ayudar y apoyar a sus hijos/as,tanto en los tiemps buenos, los regulares y los malos.  

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